¿A cuántos de nosotros la sociedad castiga por el simple hecho de tener los treintitantos y no conseguir casa, carro, tener un buen empleo, estar casados y estar próximos a tener uno o dos hijos?
Vemos tanta confusión en la juventud de hoy en día, lidiando con muchas presiones y cometiendo multitud de errores para poder estar de acuerdo con su tren de vida, por una sociedad que te empuja a vivir algo que no te corresponde.
¿Qué es lo correcto? Lo correcto dependerá de ti. Cada persona tiene su ritmo de vida, y si lo comparamos con un entrenamiento de corredor, cada persona lleva su propio ritmo de carrera. Esto no quiere decir, que no llegará a la meta, llegará, pero en su tiempo adecuado. Lo importante es disfrutar del viaje, el camino que te lleva alcanzar la meta.
John Maxwell nos comparte en su libro “el talento nunca es suficiente” la diferencia entre la excelencia y el éxito:
El éxito basa el valor en la comparación que se realiza con los demás, mientras que la excelencia mide tu valor contra tu propio potencial. El éxito concede su recompensa a algunos, pero es el sueño de todas las personas. Mientras que la excelencia está disponible para todos, pero es aceptada por algunas personas. El éxito muchas veces se puede convertir en aspectos consumistas mientras que la excelencia envía su luz al espíritu interno… la excelencia cultiva los principios y la constancia.
Hoy queremos hacer un cambio y en vez de listar consejos que te ayuden en la vida diaria o en una entrevista, nuestro deseo es exhortarte a no rendirte y canalizar ese potencial que tienes en las metas que te puedas trazar en tu vida. No importa la edad que tengas, cada plan es distinto al otro.
Basta De compararnos con los demás y empieza a medir tu valor contra tu propio potencial. Vive tu vida y vívelo al máximo.
Mirna Sánchez
Especialista en RRHH
RH Vital


